28 de julio de 2011

Ni principio, ni fin

Es curioso ver como mi intenciones corren atreves de un tubito 
directo hacia abajo, descendiendo 
por el mismo lugar en donde la vivora sube, si quiero
y me pregunto que haré mañana,
porque mañana al levantarme y suspiro devuelta
y salgo como si fuera una persona normal
como todas las personas con caras que remiten a la putrefacción
apresuradas corriendo al colectivo, entretenidas con sus audífonos
intento no colapsar, las lineas lunáticas de presión
y me veo como si fuera mañana otra vez remitiéndome
deslizándome, soltándome y fluyendo como el agua
en donde las cortinas, las paredes son altercados del tiempo
en donde te veo
y cuando te veo, desaparezco
la paciencia no tiene principio ni fin
es solo un decir, y me despierto,
y suspiro
y la vivora podría comer mi cabeza 
pero nunca lo haría, no si mis tropiezos fueran más que mis aciertos
la boca se me reseca y me despierto,
y suspiro.







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